martes, 1 de noviembre de 2011

Estrella de la mañana

María Santísima de la Estrella de Triana
Nos encontramos ante una Imagen Mariana de unánime prestigio artístico, la mejor representación que la iconografía barroca andaluza, y sevillana en particular, ha aportado del dolor de la Madre de Jesús. Destaca la belleza de su rostro, contemplado tanto de frente como de perfil, y sus manos pueden considerarse las más “elocuentes” de todas las Dolorosas sevillanas. 


El más completo estudio histórico artístico que se conozca de la venerada Imagen de María Santísima de la Estrella se ha llevado a cabo gracias al proceso de restauración realizado a la talla en los meses de septiembre a diciembre del año 2.009 en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, por un equipo multidisciplinar especializado en conservación-restauración de imágenes en madera policromada compuesto por la restauradora María Teresa Real Palma, técnicos en fotografía y radiología aplicada a la conservación del patrimonio , biólogos, químicos, ingenieros e historiadores del arte.
En dicha intervención se actuó sobre el soporte de la Imagen, dotándola de un nuevo candelero de madera y brazos con articulaciones de esfera, y se resolvieron alteraciones y problemas derivados particularmente de la anterior restauración, ejecutada en el año 1.977 por Francisco Peláez del Espino.


La referida intervención también puso de manifiesto la alta calidad de la policromía de la Imagen, la cual es idéntica en cabeza y manos, así como la buena conservación de la misma, especialmente en las carnaciones que se extienden por toda la zona visible.


La efigie ofrece un llanto que sobrecoge, con el aliento entrecortado, en suprema congoja por el intenso dolor que le produce el momento que representa. Esto nos dijo de esta bella talla el poeta y jesuita mejicano padre Ramón Cué: “La Virgen de la Estrella representa el momento más pasional, fuerte y necesario del sufrimiento. No llegó el desahogo. El dolor quema, tortura y hasta contrae las facciones de la más bella de las mujeres. Tiene afilada la nariz, levemente convulsos los labios y levantados los extremos interiores de su cejas; señales claras de la cruel lucha. Se llama Estrella, pero oscurecida por el dolor. La Estrella es la que más sufre”.


¡VIVA LA VIRGEN DE LA ESTRELLA!

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